Salvatore “Toti” Granata nació el 24 de marzo de 1965 en la ciudad de Catania en la Isla de Sicilia, Italia. Casado desde hace más de 20 años con la encantadora Paola, es padre de Nicole y Martina. Sus platos preferidos siempre fueron la lasagna, los gnocchi y la pizza Margherita. Hijo de Sebastiano Granata y Pina Sozzi, y nieto de la nonna Carmelina Sozzi, su gran inspiración.
Uno de los mejores recuerdos de la infancia de Toti se remonta a los domingos por la tarde, en casa de la nonna Carmelina, cuando la numerosa familia Granata se reunía a compartir las clásicas pizzas de mamá Pina con la infaltable sandía que ayudaba a refrescarse en las cálidas noches del verano siciliano. Toti dice aún hoy sentir el aroma de cada uno de los ingredientes que usaban en la preparación del pan y la pizza en el calor del hogar.
Salvatore vivió en Catania hasta los 25 años. Allí estudió Arquitectura, luego de graduarse de sus estudios secundarios en el Liceo Científico Galileo Galilei. Pero luego de dos años entre lápices y escuadras, la pasión que sentía por la cocina lo llevó hacia un nuevo camino. Fue así que en 1993 desembarcó en Rio de Janeiro, instalando una empresa de importación de productos alimenticios de origen italiano. Luego de tres turbulentos años en Brasil, decidió regresar a su querida Catania natal, a seguir explorando aquello que siempre lo había atraído: su auténtico amor por lo culinario. Solo un año después de su regreso, emigró a Tenerife, en las Islas Canarias, en donde se asoció y por fin tuvo su primera experiencia gastronómica profesional: un restaurante de cocina mediterránea, ubicado dentro del gran mercado gastronómico de la ciudad, en el que preparaban los platos a la vista, y por supuesto, la pizza y las pastas eran las grandes vedettes del menú.
A su habilidad natural heredada de la tradición familiar de la nonna Carmelina y de mamá Pina, quiso agregarle una pisca de profesionalismo. Así decidió marchar a Caorle en las afueras de Venecia para estudiar en la Scuola Italiana Pizzaioli junto al gran maestro Graziano Bertuzzo, varias veces campeón mundial de pizza, quien le agregó técnica a su pasión por la pizza y las pastas de su infancia.
Habiendo recorrido muchos kilómetros y ganado experiencia en todo el camino recorrido, llegó en una nueva migración a Weston, Florida (40’ al norte de Miami) donde nació Pizza Lovers inaugurando su primer local en esta misma ciudad del sur de la Florida. El objetivo era desarrollar un restaurante que recreara el espíritu italiano en un ambiente tan cálido como el hogar de la familia Granata. Su gran atractivo, como no podía ser de otro modo, son las pizzas y las pastas. La sugerencia del cheff Salvatore es la Lasagna Carmelina, que guarda el mejor de los secretos de la familia y la exquisita Pizza Pina con mozzarella, alcachofa, pomodoro y prosciutto di parma.
Pizza Lovers es el lugar en donde los sabores y aromas cuentan historias, nos trasladan a los momentos más felices de la infancia de Toti y a los lugares más remotos de la vieja Italia.
Gracias a Toti Granata, en el Sur de la Florida, la pasión por la vera cucina italiana está ahora más cerca del origen. Porque como solían decir en Catania: “Qui a Catania, la buona pizza e la pasta sono fatte a casa di Granata”.
Será cuestión de acercarse a comprobarlo…
PROCESO DE EXPANSIÓN
Pizza Lovers ha comenzado su proceso de expansión de locales en el sur de la Florida, motivado tanto por los excelentes resultados obtenidos por la operación como por la repercusión obtenida entre sus clientes, quienes lo premian con calificaciones de 5/5 en todas las redes sociales.
En tan solo 1 año, ha trascendido las fronteras de la residencial Weston, cautivando al público del sur de la península, desde Parkland hasta Key Biscayne.
Se presenta como una excelente oportunidad de negocios para aquellos que gustan de invertir en lo novedoso pero probadamente efectivo. Proyectan abrir 5 nuevos locales antes del final de 2020.
LEE TAMBIÉN: