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Las franquicias son una oportunidad para resolver el estatus migratorio en Estados Unidos

Después de trabajar por más de 10 años en Estados Unidos y de haber tramitado Visas B1, L1, H1B, renovaciones y muchos otros trámites para mantener mi estatus legal en el país, tuve la oportunidad de tener mi propio negocio y obtener la Visa de Inversionista que me proporciona más estabilidad y la tranquilidad de saber que mientras el negocio esté funcionando no tendré que buscar nuevas alternativas.

Cuando llegué a Estados Unidos parecía que tenía las cosas resueltas, un trabajo, buenos ahorros y todas las comodidades a las que podía aspirar. Además, sentía la emoción de empezar una nueva aventura a los 32 años.

Teniendo el apoyo de la compañía con la cual trabajaba en Colombia, su sede en Miami hizo mi solicitud y vine a la ciudad con una Visa L1 de traslado de ejecutivos. Al llegar, con apenas tres meses en el trabajo y sin haber logrado asimilar todos los cambios, la empresa cerró su operación en Estados Unidos y “quedé en el aire” sin tener muy en claro la forma en que tenía que proceder con respecto a mi condición migratoria. Afortunadamente, uno de mis “ex jefes”, me ofreció trabajar para él en una empresa del sector de Alimentos y Bebidas a través de la cual cambié mi Visa L1 por una de trabajo H1B. En esta compañía permanecí ocho años, siendo necesario realizar una extensión de la Visa y llevarla hasta el límite de tiempo permitido.

Simultáneamente había comenzado a buscar alternativas para independizarme y conseguir una forma de permanecer legalmente en Estados Unidos. En ese momento una Visa de Inversionista era una buena alternativa. Inicialmente estudié la opción de una Visa EB5, que me permitiría conseguir la residencia rápidamente, pero las exigencias de capital y el hecho de tener que hacer una inversión en la cual mi papel sería pasivo, me desmotivaron rápidamente.

Los animales en general y los perros en particular, siempre han sido parte de mi vida. Cuando encontré la franquicia de D.O.G Hotels todo tomó sentido. Era la oportunidad de tener mi propio negocio, haciendo algo que amo profundamente -estar rodeado de perros- y resolver el camino para mi estadía en Estados Unidos.

Hace dos años comencé con el proceso de construir, abrir y operar una franquicia de D.O.G. y hoy puedo decir sin miedo a equivocarme que fue el camino correcto. Como cualquier emprendimiento, ha tenido momentos difíciles y personalmente me he visto enfrentado a muchas dudas, pero con paciencia y una buena dosis de trabajo hoy en día estoy operando un negocio rentable que me permite generar empleos y seguir adelante con mi vida en este país.

Las franquicias son una buena oportunidad de inversión para aquellos que buscan resolver su estatus migratorio en Estados Unidos.

 

Sobre Dog Hotels

Es un hotel y guardería de lujo para perros que brinda todos los servicios profesionales necesarios para su cuidado. La misión es proporcionar una experiencia única para que se sientan como en su casa, en un lugar en donde puedan ejercitar y socializar entre mascotas.

 

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