El historial de crédito se refiere a los pagos a crédito que la persona realizó a lo largo de su vida cuando se contrata cualquier tipo de servicio. En el mismo se detalla si se pagaron a tiempo las operaciones realizadas y se observa si es deudor.
Cuando una persona vive legalmente en Estados Unidos puede aplicar a un número de Seguro Social que será de gran utilidad para establecer un historial de crédito.
Para tener todo en orden y cuidar la “reputación financiera” es importante mantener un historial crediticio sin deudas ni atrasos. Para eso es bueno tener en cuenta algunos aspectos:
Pagos: contar con el respaldo para pagar las cuotas de los créditos. Habitualmente, los bancos entregan un cronograma de pago de cuotas permitiendo organizar los gastos mensuales.
Ahorro: es necesario contar con un fondo de recursos extras que ayuden a cumplir con las deudas para no afectar el reporte crediticio.
Renegociación: si existen inconvenientes para cumplir con las deudas, se pueden negociar otras alternativas de pago con el banco.
Credit history: antes de solicitar financiamiento es importante revisar el historial crediticio en las centrales de riesgo.
Abrir muchas cuentas de crédito nuevas en un lapso breve puede perjudicar la calificación. FICO analiza la composición de los créditos: deudas en cuotas con vencimiento en determinadas fechas, deudas de créditos de renovación automática provenientes de fondos tomados en préstamo por importes variables durante un plazo determinado, deudas de consumo por créditos otorgados por las tiendas, préstamos hipotecarios y deudas contraídas de financieras. También entran en juego las cuentas en mora y en gestión de cobranza, quiebras y el tiempo que llevó resolver estos problemas. Por lo general, la información sobre los problemas pendientes de resolución permanece en el informe por un período de entre siete y diez años.
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