Te presentamos la historia de Marcelo Colella quien es Ingeniero Industrial y se radica en los EE. UU. en 2017 reinventándose tanto en profesiones como en su vida personal. Actualmente es Asesor financiero logrando nuevos desafíos y oportunidades junto a su familia.
«María empezó con sus sueños, era una gran deportista y quería irse a Nueva York a cantar y apareció otra vez esta idea de emigrar. Con María Paula dijimos hay que perseguir los sueños de uno y de los chicos.
Con el empuje de María empezamos a asesorarnos de cómo hacer el proceso, elegimos una visa de inmigrante porque mi hija mayor estaba por cumplir 21 años. La visa EB5 fue la primera que iniciamos y nos tocó justo el cambio de gobierno anterior, de Obama a la administración de Trump. Eso fue un delay de un año en donde no pasó nada y una visa que tenía que salir en cuatro meses salió en tres años. En el ínterin escogimos otra visa con el mismo estudio de abogados que es la E2 y ahí viene en la posibilidad de emigrar.
Apurados empezamos a escoger el negocio y como había trabajado en logística en Argentina opté por el negocio de los camiones, adquirí una compañía y me puse como dueño. Quizás debería haber trabajado de empleado, porque tenía la posibilidad en ese momento. La visa estaba en cabeza de mi mujer y yo tenía permiso de trabajo. Ese negocio al cabo de dos años y medio no lo pude hacer funcionar, es un negocio fuerte, hay que tener mucha espalda con la que yo no contaba. En el ínterin sale la bendita Green Card.
Elegimos Weston gracias a algunos amigos porque primero íbamos a ir a Orlando. En el 2017 nos vinimos a vivir un mes para ver cómo era, pero la adaptación fue muy difícil. Nosotros habíamos venido dos veces o tres veces por año en los últimos diez años a pasarla bien en Miami. A mí me tocó dejar a mi hija mayor, era parte del proyecto original y ella decidió terminar su carrera allá, iniciar su vida profesional y eso es lo que está haciendo. Está fantástica y aplaudo su decisión. Ahí hay un nuevo empezar y ya tranquilos con la Green Card que es algo que a veces les quita el sueño a los inmigrantes, todo se empieza a acomodar y nosotros empezamos a cambiar el chip.
Mi hijo empieza el Hight school, María empieza la universidad, mi esposa consigue trabajo y eso cambia totalmente la perspectiva. Allí me doy cuenta que tengo que volver a reinventarme, algo que todo inmigrante debe hacer.
En 2019 empecé con las licencias y hoy estoy trabajando en la industria financiera como asesor y estoy adaptándome a este nuevo mercado en la situación que está pasando en el mundo con la pandemia y trabajando desde casa vía Zoom lo que ha revolucionado los negocios y la verdad que muy feliz y ya en nuestra propia casa muy establecidos.
María es una campeona de golf, y gracias a ese golf que en el último año de High school fue capitana del equipo en su categoría, hizo que recibiera unas calificaciones excepcionales que la ayudaron muchísimo a ingresar en la universidad. Mi hija buscó lo que le gustaba, lo siguió con pasión, se capacitó, rindió los exámenes necesarios y consiguió más del 75% de la beca a pesar de tener solamente un año y medio en EEUU. Hoy está estudiando Neuroscience en Nova, tiene su auto que quiso comprarlo junto con nosotros, la ayudamos y lo está pagando con su trabajo. Ya está en la mitad de la carrera para después hacer su máster».
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